Con él era todo mucho mejor. Si había peleas, se resolvían. Siempre riendonos y disfrutando de cada momento juntos, abrazandonos, diciendonos todo lo que nos queremos. Planeando cuando juntarnos en un lugar o en otro. Diciendo boludeces que solo nosotros entendemos. Con él era todo tranquilo, todo se disfrutaba más. Nos entendemos mutuamente, nos aconsejamos de la mejor manera posible, nos escuchamos y nos contamos nuestros problemas sin necesitar escuchar una respuesta del otro. Él me contiene, está conmigo cuando nadie más lo hace, me da fuerzas para que siga adelante en una mala situación, me dice que es lo que quizá me convenga más hacer, es el que me dice 'todo va a estar bien'. Él realmente se preocupaba por mi, y era una de las pocas personas en mi vida que lo hacía.
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